Hola, Soy Borja Fernández y esto es Hacemos Cosas Club, el newsletter semanal sobre tendencias digitales para entender cómo afecta el mundo digital a empresas B2B.
La sesión #8 del Club tiene 1.403 palabras. Tiempo de lectura: 6 minutos.
El 6 y el 7 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Produjeron la muerte de más de 150.000 personas de forma inmediata -otras muchas más a lo largo de los siguientes años por los efectos de la radiación-. También supusieron el fin de la II Guerra Mundial, ya que el 8 de agosto Japón se rindió.
El proyecto Manhattan, dirigido por el físico Robert Oppenheimer, fue el que produjo las primeras armas nucleares de la historia. Estas fueron posibles porque en 1938 unos investigadores hallaron la fórmula teórica para dividir el núcleo de un átomo. A este proceso se le denominó fisión nuclear. Sin embargo, su objetivo original no era la fabricación de armas letales que potencialmente pudieran acabar con toda la humanidad.
Las aplicaciones positivas de la fisión nuclear han sido numerosas desde entonces. Van desde la generación de energía, los tratamientos con radioterapia para curar el cáncer, el análisis de estructuras o el desarrollo espacial. Coincidirás conmigo que si nos ceñimos a este párrafo, la fisión nuclear ha salvado millones de vidas y quizás hasta nos permita descubrir Marte algún día.
Si volvemos al ámbito militar, 1945 solo fue el comienzo de una carrera entre países para acumular armas de destrucción masiva. Una carrera que en la década de 1960 llegó al punto de destrucción mutua asegurada entre las dos potencias más poderosas: Estados Unidos y la Unión Soviética. Así se escribió la Guerra Fría y se ordenó el panorama geopolítico de buena parte del siglo XX.
Con esta escalada armamentística, hubiera sido lógico un acuerdo entre todos los países para no promover armas nucleares que acabasen con la humanidad, ¿verdad? De hecho, diversos tratados de no proliferación y de reducción del arsenal nuclear nos podrían llevar al engaño de que en 2023 apenas existen en el mundo el mismo número de bombas atómicas que en 1960, alrededor de 10.000, tras haber llegado a acumular más de 60.000 en los años 80. Sin embargo, el potencial destructivo en 2023 multiplica por mucho el de las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
El riesgo de devastación planetaria, el famoso botón nuclear, es una posibilidad en unas malas manos. Y la bomba atómica no es ni será la última tecnología que, mal usada, nos permita acabar con la humanidad.
La buenísima noticia es que desde 1945 no se ha vuelto a usar la bomba atómica para atacar físicamente a otro país.
Nukemap es una herramienta que simula el potencial devastador de distintos modelos de bombas atómicas disponibles
Puedes acceder a Nukemap en este enlace.
🇺🇸vs🇨🇳 - La Guerra Fría por la IA
Imagina ahora un mundo donde el poderío no se mide por el número de cabezas nucleares sino por la cantidad de datos, chips y algoritmos.
La capacidad destructiva de una tecnología vuelve a asomar su cabeza. Esta vez es la inteligencia artificial.
En noviembre de 2022 OpenAI descubrió al mundo la herramienta más poderosa conocida desde el surgimiento de Internet: ChatGPT.
Un mes antes, en octubre, el Departamento de Estado de EE.UU., había encargado a un grupo de expertos una evaluación sobre la proliferación y los riesgos para la seguridad que podía traer una IA descontrolada y usada como arma.
En febrero de 2024 se completó esa evaluación, que incluye un análisis de los riesgos catastróficos de la IA y un plan de acción gubernamental (resumen ejecutivo en inglés).
Estas son para mí sus tres conclusiones principales:
Prohibir los entrenamientos con IA por encima de cierto umbral peligroso. Reconocen que será difícil de asumir por parte del gobierno norteamericano. La carrera ya está embalada y no se puede parar.
Las IA van a ser capaces de realizar la mayoría de las tareas al nivel o por encima del nivel humano. Estamos a un máximo de 5-10 años para alcanzar la inteligencia artificial general, lo que conlleva que la IA sea más poderosa que un humano medio y entonces sea potencialmente incontrolable.
Los riesgos de usar las IA con carácter armamentístico y para desestabilizar la seguridad global puede tener consecuencias devastadoras para la humanidad al nivel de peligro de una bomba atómica o biológica 💣.
Y sin embargo, el mundo seguirá incentivado a invertir en sistemas de IA a expensas de los riesgos de seguridad
Esto, lo digo yo. Y no tengo ninguna duda.
PARA LEER
La guerra de los chips
El poder de computación y la capacidad de los sistemas de inteligencia artificial van íntimamente ligados al desarrollo de los microprocesadores más avanzados.
En definitiva, que sistemas más avanzados de IA requerirán de chips más y más potentes.
En 1965, Gordon Moore, cofundador de Intel, predijo que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaría aproximadamente cada dos años y que, entonces, la capacidad de procesamiento sería exponencial. En 2023 se sigue cumpliendo esta ley. La Ley de Moore.
Te recomiendo la lectura de La guerra de los chips: La gran lucha por el dominio mundial, de Chris Miller, profesor de historia internacional.
Es un libro denso pero fascinante, contado como un thriller en el que Estados Unidos, Japón, Rusia y China, han sustentado el poder a partir del control y desarrollo de estos semiconductores.
Si quieres entender cómo se configura el poder mundial del siglo XXI, es una lectura relevante.
Y te darás cuenta de que aunque en un momento dado la IA crezca tanto que nos destruya a todos, la capacidad de evolucionar y superarse del ser humano es tan grande, que siempre habrá alguien dispuesto a llegar un paso más allá.
Si quieres resultados diferentes,
atrévete a hacer cosas
Actualidad para comprender la carrera por la IA
La Administración Biden limitó la exportación de microprocesadores avanzados a China, por la preocupación de que estos avances puedan impulsar a su ejército. [Reuters]
La Unión Europea se ha convertido en la primera administración que dicta una Ley de Inteligencia Artificial que
resuelveregula algunos de los riesgos que trae la IA. [Comisión Europea]Ben Horowitz, uno de los inversores en tecnología más poderosos, pide asegurar que la regulación de IA no ralentice el desarrollo de la industria. [CNBC]
Elon Musk, tras advertir varias veces con que los nuevos sistemas de IA tenían el potencial de acabar con la humanidad e incluso solicitar una pausa de varios meses a las empresas que desarrollaban herramientas de IA para reflexionar sobre su futuro, lanzó su propia empresa de IA: xAI. Ahora, busca miles de millones de inversión para seguir fortaleciendo su empresa. Por cierto, sus coches autónomos ya han matado a alguna persona. Paradojas. [New York Times]
Eric Schmidt, exCEO de Google, cree que ha llegado la hora de que el gobierno de Estados Unidos lance su programa Apolo para la era de la inteligencia artificial, igual que hizo el original con la carrera espacial. Todo esto, siendo consciente de que Estados Unidos lleva 2 o 3 años de ventaja a China y mientras Europa está demasiado ocupada en legislar la IA. No tiene duda de que el dominio del mundo se va a escribir en clave de IA. [MIT] y [Bloomberg]
¿Cómo aplicas todo esto a tu empresa?
Con el newsletter de hoy quería hablarte de la dimensión de la tecnología con mayor impacto que hemos tenido en nuestras manos: la inteligencia artificial.
La IA y la fisión nuclear son potencialmente destructivas a gran escala y a la vez maravillosas para muchas cosas. La diferencia es simple. Mientras la bomba atómica está en manos de científicos avanzados, las inteligencias artificiales las tenemos todos a mano.
Decir NO a aplicar las IA en nuestras empresas y nuestros trabajos es un suicidio asegurado. Como dirían los japoneses, hacerse el harakiri.
Debes tener un plan para usar la IA aunque esta nos destruya a todos.
En nuestra empresa llevamos 18 meses desarrollando proyectos apoyándonos en la inteligencia artificial. Reconozco que estamos lejos de exprimir todas sus ventajas. Pero estamos aprendiendo mucho de lo que nos permite hacer y, espero, estamos ofreciendo un mejor producto a nuestros lectores y a nuestros clientes cuando la ponemos a trabajar.
Lo que te propongo es que tengas un plan. Y este plan tiene que incorporar la inteligencia artificial si quieres competir en los próximos años.
Si quieres pasar a la acción, ya sabes, comemos 🌮 y hablamos 🤖
¡Buena semana a todos!