No eran blancas ni dos, pero lo cambiaron todo
Esencialismo. Del ‘tengo que hacerlo’ al ‘yo elijo’: la diferencia está en avanzar.
Hola, soy Borja Fernández y esto es Hacemos Cosas Club, el newsletter semanal sobre tendencias para entender cómo afecta el mundo digital a empresas industriales y B2B.
La sesión #42 del Club tiene 1.117 palabras. Tiempo de lectura: 5 minutos.
Torres Blancas es mi edificio favorito de Madrid.
Alucino con esa mole llena de curvas que grita ante mis ojos que las viviendas también pueden ser redondas.
Muchas de las terrazas de sus apartamentos están suspendidas en el aire. Como si la gravedad no se hubiera inventado todavía.
Y la piscina, en la azotea, dibuja un laberinto sinuoso. ¡Y con vistas impresionantes de Madrid!

Torres Blancas no fueron dos torres ni blancas, como estaba previsto. Se concluyó solo una torre de 81 metros (23 plantas) y de color gris hormigón.
El edificio lo diseñó en la década de los 60 el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza.
El promotor, Juan Huarte, fue un empresario que tenía entre ceja y ceja dejar huella y modernizar el país desde la cultura, el arte y la arquitectura. Imagínatelo en los años 60, en pleno franquismo.
Un desafío a lo imposible
Torres Blancas parece un desafío a todos nuestros esquemas. Y más hace 60 años.
Como si Juan y Javier, empresario y artista, se hubieran mirado frente a frente en una noche de borrachera y se hubieran dicho el uno al otro el clásico ‘no hay huevos’.
Pero se pusieron a ello y les salió medio bien.
El propósito detrás del proyecto de Torres Blancas
No hay que ser experto en arquitectura, yo no lo soy, para reconocer el reto inmenso de levantar este edificio que saluda cuando entras desde la A-2 hacia Madrid.
Investigando sobre qué impulsó a Huarte y Sáenz de Oiza, me sorprendió la ‘sencillez’ de lo que perseguían. Pocas cosas, pero transformadoras.
El proyecto se inició con dos condicionantes: libertad compositiva en las plantas y estructura laminar de hormigón armado1.
El promotor, Huarte, estaba empeñado en construir dos grandes torres a la entrada de Madrid, como símbolo de su poder. Sáenz de Oiza, el arquitecto, deseaba romper con lo tradicional, eliminando la necesidad estructural clásica de pilares2.
Sáenz de Oiza se imaginó para el bloque de apartamentos una estructura de tipo árbol, con un tronco grueso donde se ubicarían instalaciones y servicios comunes, con las terrazas alrededor como si fueran las ramas de los árboles.
Que fueran o no blancas, solo era una artimañana del arquitecto en las presentaciones previas para intentar que el proyecto obtuviera la licencia a pesar de lo rompedor. Logró su propósito: convencer al Ayuntamiento de Madrid. Aunque luego fuera de color gris3.La conexión de la naturaleza con el hombre era tan prioritaria para el arquitecto, que solía decir que ‘sería feliz si las hormigas llegasen hasta arriba’. 4
Ambos -empresario y artista-, estaban de acuerdo en el poder transformador del edificio. Aspiraban a un nuevo modelo de convivencia con un bloque de viviendas que integrara servicios, hasta el punto de que el restaurante ubicado en la planta 22 podía distribuir comida a las viviendas en un montaplatos 5.
💊 Tengo que hacerlo: la droga de la parálisis
El martes pasado estuve en Alicante donde organizábamos una jornada con jóvenes ferreteros de los alrededores. El debate principal giró sobre los retos que afrontan las ferreterías y suministros industriales, y sobre las relaciones entre fabricantes, distribución y ferreteros.
– Tengo que hacerlo.
Esa fue una frase muy repetida.
Aída asentía cuando Javier contaba que habían pasado de un horario de mañana y tarde a un horario continuo, para favorecer la atracción de talento.
José Julián reconocía que la lealtad para colaborar era la cualidad principal que les exigía a sus proveedores, aunque reconocía dificultades para reducir los más de 300 con los que trabajaba para hacer el negocio más eficiente.
Para reformar la ferretería, ‘recomendamos cerrarla una o dos semanas’, sugería Joan, experto en reformas de tiendas. ‘Casi ningún ferretero hace inventario’.
– Tenemos que hacerlo –asentían y sonreían Verónica y Rafa, Ángela, María José…–.
💡 Pensar que tenemos opción puede ser lo más difícil del mundo.
Tanto ‘tengo que hacerlo’, me recordó a un libro muy interesante: Esencialismo, de Greg McKeown.
Tengo subrayada esta frase:
El enfoque esencialista parte de la idea de dejar de actuar por inercia y ejercer de una vez nuestro poder de decisión.
El no esencialista vive en el ‘tengo que hacerlo’ y ahí ya ha empezado a renunciar.
El esencialista se ve a sí mismo desde el ‘yo elijo’. Celebra esa capacidad que tiene. Luego, prioriza lo importante y avanza.
Distingue lo que es vital para tu negocio y persiste
Warren Buffet es posiblemente el mejor inversor de la historia y siempre reconoce que su ‘filosofía de inversión raya en el letargo’.
Pocas inversiones y mantenidas mucho tiempo.
Lo mismo que hace Carglass. ¿Te acuerdas del newsletter de hace tres semanas? 15 años repitiendo el eslogan de ‘Carglass cambia, Carglass repara’.
👉🏻 Tú eliges
Déjate de rollos y del ‘tengo que hacerlo’.
Si la respuesta no es un sí definitivo, debería ser no.
Si Sáenz de Oiza no hubiera deseado con todas sus fuerzas hacer Torres Blancas con formas redondas, nadie hubiera invertido en su idea. Y no se hubiera convertido en un icono de la arquitectura moderna.
En qué afecta el esencialismo al mundo digital B2B
Todo. Porque el entorno digital está lleno de ‘tengo que hacerlo’, pero sin hacer nada.
Redondea tu empresa como hizo Sáenz de Oiza. Elige tu desafío. Tu Torres Blancas. Por ambicioso que sea el reto, se trata de dar el primer paso.
Si no te encuentran en Google ni los hackers, empieza por una auditoría SEO.
Si tu catálogo pide a gritos contenido, contrata el primer vídeo. Luego vendrá el segundo… y enseguida estarás construyendo tu propia estrategia de contenidos.
Si estás harto de ir a ferias que no aportan nada, prueba con no ir a una. Invierte ese dinero en la estrategia digital. Por lo menos, te pasarán cosas nuevas.
Si cuando oyes influencer solo piensas en Cristiano Ronaldo y María Pombo, despierta. En tu industria también hay personas que crean contenido superinteresante con comunidades de nicho.
Si crees que el correo electrónico solo es para pasar pedidos, acuérdate de este newsletter fabuloso que lees todos los martes. Tu marca también puede contar historias que la gente quiera leer.
Recuerda. Torres Blancas iban a ser dos torres de color blanco. Pero eso no era lo más importante.
Lo transformador era la visión. Y andar el camino les llevó a cambiar algunos detalles.
🐣 Algo importante que contarte
Mi Torres Blancas de las próximas semanas viene en forma de mi primer hijo. María está embarazada de 36 semanas y en cualquier momento tendré que incorporar el cambio de pañales a mis tareas diarias.
Cuando nazca el bebé, me he propuesto estar 4 semanas de baja. Por si de repente desaparezco unos días.
👨🏻💻 ¿Hacemos Cosas?
Si quieres dar el primer paso y algún día hacer algo memorable…
Escríbeme a borja@hacemoscosas.es y hablamos.
¡Hasta la semana que viene!
https://xn--institutoestudiosmadrileos-4rc.es/portfolio_page/s-1-francisco-javier-saenz-de-oiza/
https://www.arquitecturaydiseno.es/arquitectura/historia-edificio-torres-blancas-madrid-disenado-por-arquitecto-espanol-saenz-oiza_4569
https://es.wikipedia.org/wiki/Torres_Blancas
https://culturainquieta.com/arte/arquitectura/torres-blancas-el-edificio-emblema-brutalista-del-cielo-de-madrid/
https://www.abc.es/espana/madrid/abci-torres-blancas-sueno-truncado-madrid-dejo-sin-edificio-gemelo-201601221818_noticia.html